Jamás pudieron imaginar los arquitectos de la firma Furbringer & Ehrman que uno de sus proyectos iba a convertirse en una de las casas más populares de la historia de la humanidad. La leyenda de esta construcción empieza para muchos en 1957 cuando la estrella más importante del planeta por aquel entonces, Elvis Presley, decide adquirirla junto con los terrenos que la rodean para trasladar a toda su familia. Durante 20 años fue su hogar, su refugio, el lugar donde podía dar rienda suelta a todos sus sueños de niñez y ser simplemente un muchacho de pueblo muy apegado a su familia. Tras la muerte del artista, Graceland iba a crecer en popularidad debido a que en octubre de ese año 1977, en su Jardín de Meditación iban a descansar los restos del propio Elvis. Un año después, se abriría esta zona al público para que diariamente se pudiese visitar su tumba y en 1982 la casa se convertiría en museo, logrando así que a día de hoy sea una de las residencias más visitadas de los EEUU tras la Casa Blanca y la Casa Biltmore, además de haber sido incluida en el Registro Nacional de Lugares Históricos y declarada Monumento Histórico Nacional. Pero retrocedamos en el tiempo para conocer sus orígenes.